Tu vida tiene un propósito interior y un propósito exterior.
El propósito interior se refiere al Ser y es primario. El propósito exterior se
refiere al hacer y es secundario.
El propósito verdadero o primario de tu vida no se puede
encontrar en el nivel exterior. No tiene que ver con lo que haces, sino con lo
que eres, es decir, con tu estado de conciencia.
La acción, aunque es necesaria, es solo un factor secundario
en la manifestación de nuestra realidad exterior. El factor primario en la
creación es la conciencia. Por muy activos que seamos, por mucho que nos
esforcemos, nuestro estado de conciencia crea nuestro mundo y, si nada cambia
en ese nivel interior, da lo mismo cuánta acción apliquemos. No haremos más que
recrear versiones modificadas del mismo mundo, una y otra vez, un mundo que es
un reflejo exterior del ego.
Cuando has percibido un atisbo de conciencia o de Presencia,
lo sabes de primera mano. Ya no es solo un concepto que está en tu mente. Entonces
puedes tomar la decisión consciente de estar presente en lugar de abandonarte
al pensamiento inútil. Puedes invitar a la Presencia a tu vida, es decir, crear espacio. Con
la gracia del despertar viene la responsabilidad. Puedes intentar seguir como
si nada hubiera ocurrido, o puedes apreciar su importancia y reconocer la
emergencia de la conciencia como lo más importante que puede ocurrirte. Abrirte
a la conciencia emergente y traer su luz a este mundo se convierte entonces en
el propósito primario de tu vida.
Eckhart Tolle
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