domingo, 6 de diciembre de 2009

Más allá del pensamiento 4

Cuando nos adentramos en un bosque en el que no ha habido interferencia humana, nuestra mente pensante solo ve desorden y caos a nuestro alrededor. Ni siquiera será capaz de diferenciar entre la vida (bueno) y la muerte (malo), ya que por todas partes crece nueva vida sobre la materia podrida y en descomposición. Solo si nos mantenemos suficientemente inmóviles por dentro y se reduce el ruido del pensamiento, podremos darnos cuenta de que ahí hay una armonía oculta, algo sagrado, un orden superior en el que todo tiene su sitio perfecto y no podría ser más que lo que es y tal como es.

La mente se siente más cómoda en un parque ajardinado, porque ha sido planificado mediante el pensamiento, no ha crecido orgánicamente. En él hay un orden que la mente puede entender. En el bosque hay un orden incomprensible que a la mente le parece un caos. Está más allá de las categorías mentales de bueno y malo. No se puede comprender mediante el pensamiento, pero puedes sentirlo cuando te libras del pensamiento, te quedas quieto y alerta y no intentas entender ni explicar. Solo entonces puedes darte cuenta del carácter sagrado del bosque. Y en cuanto sientes esa armonía oculta, ese carácter sagrado, te das cuenta de que no estás separado de ello. Y cuando te das cuenta de eso, te conviertes en un participante consciente de todo ello. De este modo, la naturaleza puede ayudarte a volver a sintonizar con la totalidad de la vida.

Eckhart Tolle

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